Te has decidido y vas a crear tu propia empresa. Sabes que tienes un buen producto e intuyes que tus clientes lo comprarán.
Has visto otras personas a tu alrededor que han creado negocios partiendo de la nada y les va bien. Quieres probar, arriesgarte, pero no sabes por dónde empezar…
Quizás no tengas la formación en administración de empresas ni nociones del mundo empresarial en general, pero eso no debería de ser un obstáculo para crear tu propia empresa. De lo que sí sabes es de tu negocio, de tus clientes ¿Es así?
Ante esta circunstancia, lo necesario es ponerse manos a la obra. Nadie nace enseñado ni hay por qué saber de todo, pero si conviene asesorarse y buscar información de los aspectos más relevantes para iniciar tu proyecto. Luego, vendrá la fase de decidir de qué te vas a encargar y qué tareas vas a delegar.
Busca información sobre todo lo que necesitas para emprender tu negocio. Recopila e investiga sobre aquellos requerimientos, estrategias y soportes que vas a necesitar para comenzar.
Cuantifica todos los gastos que vas a tener al crear tu empresa. Dependiendo de la forma jurídica que vayas a elegir, tendrás que pagar diferentes cuantías. Además de los gastos del notario y registro mercantil existen otros en el inicio.
Presupuesta también las inversiones que vas a realizar para poder llevar a cabo tu actividad: ¿una página web? ¿una máquina amasadora? ¿un ordenador? Y los gastos que se producirán periódicamente, como puedan ser: alquileres, sueldos, materias primas (harina si vas a abrir una panadería) ...
Es decir, ten claro que es lo que vas a ofrecer y a quien. ¿Qué te hace diferente? Este punto es algo muy elemental, pero te recomiendo que te tomes tu tiempo en esta fase.
La fase de inicio puede resultar un tanto desalentadora ya que empezamos desembolsando dinero y los ingresos pueden ser inciertos. Por eso, hacer un plan de negocio te dará una base para comenzar con cierta previsión.
Aunque es cierto que no es necesario saberlo todo al detalle, también es acertado conocer el terreno que pisamos. Ser empresario implica crear valor en la sociedad y aunque dispongamos de un asesor para el día a día, conocer nuestro sector, el ámbito empresarial, las tendencias y el mercado en general, nos aportará seguridad y aplomo. La tarea de formarse nunca cesa y la puedes ir adquiriendo poco a poco, como una actividad más del emprendimiento.
